sábado, 12 de enero de 2013

SOLOS LOS DOS

He muerto, y no lo sé.
Sólo respiro, por autonomía, no la controlo, no la deseo.
Angustia, ansiedad, tristeza recorren mis venas,
no es oxigeno lo que transportan,
quemadura pectoral permanente.

Búsqueda de logros,
sensación de abandono,
inmerecimiento de aprecio,
criollismo alienado,
dolor al prójimo.

Soledad, fiel compañera como Matsalam
nunca abandonas a tu prisionero
le haces sentir tu presencia
aún teniendo ruido
aún haciendo amigos
aún compartiendo sentimientos.

Trabajas a escondidas,
nadie te reconoce.
Siempre les asustas,
yo te necesito
no tengo lugar a correr
para bolcar mis visceras lastimadas.

Que maldición pagana
ha caído en mí.
Engañ a mi mente y voluntad
luego me golpea y arroja al vacío
busco apoyo al caer,
pido ayuda... no hay nadie.

 Apareces, tranquila, serena
sabiendo como reacciono.
Soportas mi dolor, sin chistar
permites apoyarme sobrehombro
y al verme, lloras por no poder hacer más.

Todo cambia,
vienen y van,
mis fuerzas se desgastan,
mi mente se engaña aún poder,
veo a mi lado, no hay nadie
cierro mis ojos, solo memorias.

Abrazame, te necesito
ya déjate de normas
soporta mi dolor,
que me lo haces fácil
 y aún así duele mucho.

Dame cobijo, dadme calor
lloras  y  no lo soporto más.
acaso te estas despidiendo?
Es  verdad, también te vas.
Sabes que ya viene,
por favor nó, aún nó,
acaso te hice mal?.

Bueno es inútil mi pedido.
No avises a nadie,
que igual nadie vendrá,
permitidme recordar
por ultima vez
como se respira...
la tranquilidad.