sábado, 17 de enero de 2009

MUJER LLUVIA

Apareces después de un “deja vu” de nubes,
caes en mi alma como lo haces con el viento.
Mantienes vivo la tierra al igual que mi esperanza,
me refrescas y mojas cuando ríes.
Dudas caer con fuerza para no dañar,
pero tu caída duele más cuando hay mucho que esperar.
Eres pura de origen celestial,
y tienes miedo el riesgo terrenal.
Pero a la vez deseas tocar tierra,
como tus labios a los míos.

Mi tez voltea hacia arriba cuando Dios nubla los cielos,
luego mi imaginación corre a los andes,
mientras cae lluvia en mi rostro.
Este sonríe al imaginarte
tu silueta delgada y perfecta,
recogiendo agua del caño cercano,
y el viento mezclar el meneo de tu pelo,
con tu rostro marfileado por un Rodin celestial.

Cómo poder olvidarte si siempre existirás.
Mujer lluvia, yo semilla,
necesito que riegues mi alma que muere de inanición,
no esperes estación alguna para aparecer.
Y si es así, inúndame ahora que estás,
para poder soportar
éste verano calcitrante,
que mi corazón soportará,
cuando tú no estés.